
SOUTH LAKE TAHOE, California — Con el viento por fin a su favor, los bomberos centraban todos sus recursos en contener un incendio en California que llegó a apenas unas millas (kilómetros) del Lake Tahoe y la vecina Nevada.
Tres días de furiosas ráfagas de viento habían impulsado el incendio Caldor hacia el este a través de Sierra Nevada, lo que obligó a decenas de miles de personas a evacuar la región de bosques, pueblos de montaña, balnearios y lagos.
Se esperaba que el viento se calmara de cara al fin de semana, aunque la humedad seguía siendo baja y el lado este del gran incendio seguía avanzando por árboles y pastos secos, y se adentraba en terreno de difícil acceso para los bomberos, según las autoridades.
Las llamas también provocaban brasas que prendían árboles y creaban nuevos focos hasta a una milla por delante del frente principal del incendio.
“Combatimos lo que podemos combatir y esperamos a que esos vientos remitan”, dijo Stephen Vollmer, analista de comportamiento de incendios para el Departamento de Bosques y Protección contra Incendios de California.
Aun así, la previsión meteorológica dio algo de prudente optimismo a los responsables de bomberos.
El cambio en el viento podría ayudar a los equipos de bomberos a adentrarse en zonas densas de bosque para comenzar a despejar árboles caídos y ramas que bloqueaban rutas a comunidades aisladas, y hacer más seguro el regreso de los evacuados, dijo Vollmer.
Bomberos de todo el país combatían el incendio, contenido en apenas un 23% tras destruir al menos 700 viviendas y otros edificios desde que comenzó a arder el 14 de agosto.
El cambio climático ha hecho el oeste de Estados Unidos mucho más cálido y seco en los últimos 30 años, y seguirá provocando fenómenos más extremos e incendios más frecuentes, destructivos e impredecibles, según los científicos.
El incendio Caldor amenazaba al menos 33.000 viviendas y estructuras. Se trasladó a bomberos en barco para proteger cabañas en el lago Echo, unas millas al sur de Tahoe.
