
Paul Richard Alexander es un hombre de 75 años que ha pasado 69 años de su vida postrado en una cápsula y sobreviviendo con un pulmón de acero.
Alexander fue diagnosticado con polio cuando tenía 6 años de edad, pero ello no impidió que lograra su sueño de convertirse en un exitoso abogado en Estados Unidos.
La temible enfermedad le fue diagnosticada en 1952, año en que todavía no existía una vacuna. La poliomielitis afectó sus células nerviosas provocando una parálisis total en su cuerpo, específicamente desde el cuello hacia abajo.
Paul Alexander contrajo poliomielitis en 1952 y desde entonces vive postrado sin apenas moverse gracias a un pulmón de acero, pero esta circunstancia no le impidió conseguir grandes logros en su vida. pic.twitter.com/PXuZnnEG5b
— RT en Español (@ActualidadRT) February 15, 2021
Desde aquella época y hasta la fecha ha tenido que sobrevivir con un pulmón de acero, una máquina amarilla que envuelve todo su cuerpo y que se ha convertido en su compañera de por vida. «Cuando me siento solo, deprimido e infeliz esta máquina me ayuda a superarlo», contó Paul.
El respirador cumple con la función de ejercer presión sobre el tórax, de esta manera estimula un movimiento de inspiración y espiración en Alexander, logrando así tener una respiración de forma natural.
«Con los años, he podido escapar de esta máquina durante unas cuantas horas a la vez porque me enseñé a mí mismo a respirar de forma voluntaria», relató Paul a RT.
Hoy día, el pulmón de acero se ha convertido en testimonio de los devastadores efectos de la polio.
— Catéter Doble Jota (@cateterdoblej) November 6, 2020
La vida de Paul debería hacer abrir los ojos a los antivacunas.
El propio Paul dice “la mayoría de la gente se ha olvidado en gran medida del terror de la polio” #VaccinesWork pic.twitter.com/3KafwUFOBv
Paul se desempeña como abogado y ha logrado tener su propia firma de abogados. Sus sueños nunca se vieron truncos y ahora tiene como meta conocer Europa. «Mis padres me criaron con amor. Me enseñaron a nunca rendirme, así que, naturalmente, yo tuve que corresponder. ¿Y sabe qué? Tenían razón. Todo es posible», sostuvo.